VIA FERRATA: Vias Ferratas de Andorra

Vias Ferratas situadas en los Pirineos Andorranos

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TEMPORADA

Estival

TIPO DE RUTA

Via Ferrata

DESNIVEL

Max. 540 m

DURACIÓN (I+V)

Max. 4 h

DIFICULTAD

4/5

[ Cómo llegar ]

 La mayoría de las vías están situadas en la población de Canillo a la que llegamos continuando la carretera desde Andorra la Vella . En Canillo, a pie de carretera veremos unas escaleras que ascienden salvando un muro y que atraviesan diversas redes protectoras. Al pie de estas escaleras hay paneles indicadores de las vías.

Para la Roc d’Esquers: en la rotonda del Parc d’Enclar en Andorra la Vella, cogemos dirección Francia. Después tomamos el desvío a la derecha hacia Engolasteis y tras un kilometro cruzamos el río Madriu y allí podemos dejar el coche en un pequeño parking.  Ya caminando cruzamos el puente de nuevo y subimos por la carretera. Una indicación de la via a la derecha nos interna en el bosque.

 

[ Descripción de la via ]

Andorra es, sin duda, un país ferratero. Las vías son de buena calidad, se encuentran bien equipadas y perfectamente señalizadas. Durante el invierno son las estaciones de esquí las que llevan el turismo hacia los Pirineos andorranos y en verano han pretendido fomentar otras actividades que continúen atrayendo el flujo de gente a este bello principado. Entre ellas, las vías ferratas.

La ferrata Roc d’Esquers combina la propia vía con un bonito paseo de senderismo por lo que es muy recomendable para hacer en un día entero. Durante el recorrido, tenemos continuas vistas al valle donde se asienta Andorra la Vella encajada entre furiosos desniveles. En el itinerario se alternan partes de roca desnuda con otras de cierta boscosidad lo que le hace variado y ameno. En unas dos horas se puede hacer bien y durante el descenso seguimos las marcas amarillas hasta enlazar con la GR-11 y luego con la GR-7 hasta llegar de nuevo al coche completando este bonito trazado circular.

Las ferratas que se pueden realizar desde Canillo ( Canal de la Mora, Canal del Grau, Racons y Roc de Quer) tiene como denominador común su complicado acceso desde la carretera ya que tendremos que aproximarnos a ellas andando por el asfalto con el peligro que supone la presencia de vehículos en una carretera de montaña sin apenas arcén.  Las vías en si son muy divertidas y algunas como la Racons o Roc de Quer presentan ciertos pasos extraplomados en los que hay que tirar de brazos para poder superarlos. Además, estos pasos van encadenados uno tras otro y al final la tensión se va notando. En Racons hay que realizar una travesía expuesta con bastante patio que te obliga a estirar las piernas a tope. En todo momento la pared es totalmente vertical, no hay respiros y los tejados de la población de Canillo brillan bajo tus pies cada vez que echas la mirada abajo.

Como todas las vías de Canillo están cercanas se pueden hacer varias en el día como fue nuestro caso o bien se puede optar por ascender por una y bajar por otra. Al descender por la canal de la Mora encontramos justo en medio de la vía el cadáver de una pobre vaca con el cuello partido que se había despeñado esa misma noche y que más tarde notificamos en la oficina del Parque.

En conclusión, las ferratas de Andorra son una perfecta opción estival por su buen equipamiento, su correcta indicación tanto en la aproximación como en el descenso y su cercanía lo que permite que en un corto espacio de tiempo se puedan completar todas.

 

[ Galería fotográfica ]

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