ASCENSION: Pico Besiberri Norte en Pirineos

Ascensión al Pico Besiberri Norte desde el embalse de Cavallers en los Pirineos catalanes (Parque nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici)

TEMPORADA Estival
TIPO DE RUTA Lineal
ALTURA MÁXIMA 3014 m
DESNIVEL 1305 m
DURACIÓN (I+V) 8 horas
DIFICULTAD PD+

DSC06524

[ Cómo llegar ]

En esta ocasión dejaremos el vehículo en el embalse de Cavallers. Para ello, en el Pont del Suert cogeremos la carretera que sube a Boí-Taül. En este pueblo seguimos adelante hacia el balneario de Caldes de Boí y una vez allí continuamos la carretera hasta el embalse de Cavallers.

[ Descripción de la ruta ]

Dejamos el coche bajo la presa de Cavallers y a eso de las 7:00 comenzamos Pedro y yo la ruta ascendiendo por pista asfaltada hasta la presa. Una vez en ella continuamos por una senda que bordea el pantano por su parte derecha. El agua es un espejo que duplica a la inversa las murallas de roca que lo cercan.

Una vez acabada la presa el camino que sigue de frente se dirige en fuerte ascenso al refugio de Ventosa y Calvell. Nosotros, sin embargo, nos encaminamos en este punto hacia la izquierda por una senda que se interna en el barranco de Malavesina, estrecho valle que remonta el curso de un torrente hasta alcanzar la base del Besiberri Norte. Un grupo de vacas que pastan en el prado levantan sus cabezas y nos observan con miradas huecas. Ascendiendo por este barranco la vereda es divertida, se cruza varias veces con el torrente y el alegre rumor del agua nos acompaña en la subida. Más arriba el torrente se precipita furioso y forma hilos plateados que el sol hace reverberar en estallidos de luz. El calor empieza a apretar y rompemos a sudar.

Al final del barranco llegamos al lago de Malavesina que alimenta el curso de agua que veníamos siguiendo. Rodeado completamente de nieve, esta pequeña laguna glaciar se asienta bajo la mole del Besiberri cuya silueta apreciamos ahora por primera vez. En medio de la laguna un pequeño iceberg flotante se mece suavemente.

Ascendemos ahora directamente, bordeando la laguna por su parte derecha, por un terreno muy descompuesto, hacia nuestro objetivo. Grandes bloques de piedra nos obligan a una danza de saltos y destrepes que, con la nieve formando puentes entre las rocas, no dejan margen para el descuido. Me viene a la memoria un terreno parecido en nuestra primera ascensión al Aneto. En esta zona los hitos de piedras se convierten en la única referencia para no perder el camino.

Finalmente, este abrupto tramo da paso a la base de la pared cuya cúspide constituye la cima del Besiberri Norte. Nos equipamos y emprendemos la escalada de las chimeneas. Los agarres son buenos, la trepada sencilla. El panorama que dejamos a nuestra espalda es soberbio con pequeñas lagunas lanzando destellos bajo nosotros. Superamos las tres chimeneas y salimos a la cumbre con un horizonte cuajado de lagos encajados entre farallones de roca y nieve. Tras las fotos de rigor, nos preparamos para rapelar. Los seguros son buenos y los rápeles están bien equipados así que disfrutamos deslizándonos por la pared.

De nuevo en la laguna, nos comemos unos bocatas de pavo con turkey mientras nos tostamos al sol. Al bajar por el barranco, Pedro, que va dando saltos como pollo sin cabeza, se tuerce un tobillo al encajar la bota en un hueco entre dos piedras. Afortunadamente todo queda en un susto, menos mal que está hecho de chicle.

En el embalse de Cavallers, la sensación de haber pasado una jornada inolvidable nos acompaña hasta el coche.

[ Galeria fotográfica ]

 1 2 DSC06528 DSC06540 DSC06554 DSC06556 DSC06562 Imagen 024 Imagen 035