Fantástica ferrata cercana a la villa pirenaica de Viella. Constituida por tres tramos diferenciados, presenta una amplia variedad de sectores: puentes, desplomes y una singular escalera es espiral que nos harán pasar una magnífica jornada con el marco incomparable del valle de Arán.

[ Cómo llegar ]

Para realizar esta via tenemos que llegar al pequeño pueblo de Unha. Se accede  desde Viella por la C-28 en dirección al Port de la Bonaigua. Al entrar en Unha, subimos a la parte superior del pueblo y llegaremos a una amplio parking donde hay un panel informativo de la via.

[ Descripción de la ruta ]

Salimos del pueblo siguiendo las indicaciones de la via y acometemos una fuerte pendiente a través de un bello bosque que nos hace entrar en calor rápidamente. Llegamos al pie de la via y nos equipamos con la ferralla. Al principio es muy sencilla, muchas presas y nada alejadas; es un sector de iniciación. Tenemos dos puentes colgantes opcionales, el primero obliga a una postura un poco rara para afrontarlo.

Más adelante tenemos un sector de mayor dificultad, con algun extraplomo, hasta llegar al paso más curioso de la via: la escalera espiral. Es muy sencilla pero da pie a tomar bonitas fotos. Además, al igual que los puentes, es opcional con lo que podemos esquivarla por un paso a su derecha. Después contemplamos una vasta panomárica del valle, difuso de luz y roca, con la carretera cicatrizando su profunda herida,  desde el mirador de los buitres. Aves que nos acompañaban de vez en cuando con el sonido de sus alas batiendo semejante al sordo latido de la montaña. Este sector acaba con un puente tibetano que nos depara una gran sensación de verticalidad.

La última parte de la via es la más aérea y también la de mayor desnivel. Hay que subir un paredón con pasos desplomados y llegar a una escalera bien visible desde abajo que pasa junto a una gran fisura. La via es larga pero muy disfrutona. El tiempo pasa rápido cuando estás en el sitio exacto donde quieres estar. Pero al final vemos que el trazado pierde inclinación y pasa a través de una serie de escalones rocosos, señal de que ya queda poco. LLegamos al final de la via donde dejamos en un buzón nuestras impresiones favorables de la misma. Pero aún no estamos en la cima de la montaña ya que falta un sector que realizarán en un futuro y que alargará aún más el recorrido de esta fantástica ferrata.

Para descender hay que seguir hitos y marca de pintura primero en ligero ascenso, luego en travesía y más adelante en descenso por una canal equipada con cable de seguridad. Después bajamos corriendo por unas laderas herbosas dejándonos llevar a través del verde manto hasta encontrar de nuevo el bosque por el que iniciamos el ascenso y finalmente el pueblo de Unha.

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