BTT: Costa Cantábrica

Ruta en BTT que recorre la Comunidad Cantábrica por su costa desde Unquera a Castro Urdiales a lo largo de 300 kilómetros en los que disfrutaremos de excelentes panorámicas marinas y visitaremos pueblos costeros de gran interés cultural.

transcantábrica

TEMPORADA

Estival

TIPO DE RUTA

Lineal

KILÓMETROS TOTALES

307 km

DESNIVEL

4214 m

DURACIÓN

6 dias

DIFICULTAD

Media

[ Cómo llegar ]

Esta ruta, que puede efectuarse sin ningún problema en ambos sentidos, tiene su comienzo en Unquera y su final en Castro Urdiales. Ambas son poblaciones cántabras y a la primera de ellas se accede fácilmente ya que tiene una salida directa desde la autovía del Cantábrico (A8) una vez pasado Pesues si vas dirección Asturias. Si se decide comenzar la ruta en Castro Urdiales, esta población también está asentada junto a la autovía A8 y la encontramos pasado Allendelagua en dirección Euskadi.

[ Descripción de la ruta ]

Como en casi todas las rutas que se llevan a cabo en las comunidades costeras del norte peninsular el factor más determinante para disfrutar de todas las etapas es el climatológico. Cabe la posibilidad de que os toque una racha de varios días seguidos de lluvias suaves y constantes, el clásico chirimiri o calabobos, que es especialmente molesto cuando se trata de pedalear durante toda una jornada. En nuestro caso, esto es precisamente lo que nos tocó sufrir los últimos días por lo que acabamos con la humedad metida hasta el tuétano y pocas ganas de hacer más kilómetros en esas condiciones.

Al poco de salir de Unquera, gozamos con nuestras monturas por la gran playa de San Vicente de la Barquera con la arena ralentizando la marcha pero con una magnífica sensación de libertad al pedalear al borde del mar salpicados por las olas furiosas. El parque natural de Oyambre y la playa del mismo nombre con sus aguas turquesas nos recibieron para dar cuenta de un merecido almuerzo.

Mas adelante visitamos Comillas con el característico perfil de su Universidad y esa estatua tan evocadora del ángel del cementerio. De vez en cuando, tenemos que desviarnos un poco de la costa para adentrarnos en exuberantes bosques de eucaliptos que traen aromas de antaño y recuerdos de los veranos pasados en el camping de San Vicente.

Estos primeros días son los que pudimos disfrutar del calor que Apolo nos mandaba y si hubiéramos sabido lo que nos esperaba los siguientes aún hubiésemos gozado màs de esta sensación.

En la época en que realizamos la ruta, al contrario que actualmente, la señalización era muy pobre y consultábamos continuamente mapas que iban perdiendo integridad a medida que pasaban las jornadas por el continuo manoseo al que se veían sometidos. En este sentido, fui yo el encargado de dirigir los derroteros del resto del grupo y de preguntar a los paisanos cuando perdíamos el camino lo cual llevaba a una de las partes más importantes de toda ruta cicloturista que es el conocer a la gente de los lugares por donde pasas.

Uno de los tramos más bonitos del recorrido es el inmediatamente anterior al llegar a la población de Suances ya que transcurre por un estrecho sendero a través de una loma herbosa que cae en picado hacia el mar. Hay que estar atentos para mantener la rueda en el estrecho margen que te permite la senda pero ante ti solo hay una verde pendiente y un mar bravío que rompe contra los acantilados.

Fue justamente a partir de Suances cuando el tiempo empeoró y la lluvia no nos abandonó hasta el final del recorrido. Y no solo es el agua que te empapa durante el pedaleo, lo peor viene cuando llegas al camping de turno y toca poner la tienda mojada con los sacos y las esterillas calados y así un día y otro. Acaba cansando. Así que cuando finalmente llegamos a Castro Urdiales y nos metimos, ya secos, en el autobús de vuelta a Burgos, teníamos la sensación de haber hecho la costa cantábrica en piragua más que en bicicleta. Nota mental: apuntar esta idea para la próxima ocasión.

[ Galería fotográfica ]

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