BTT: Camino del Cid, de Burgos a Valencia

Ruta en BTT que recorre el camino del destierro de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, desde su inicio en Burgos hasta su fin en la ciudad de Valencia

camino del cid

TEMPORADA

Estival

TIPO DE RUTA

Lineal

KILÓMETROS TOTALES

756 km

DESNIVEL ACUMULADO

9715 m

DURACIÓN

13 días

DIFICULTAD

Media

[ Descripción de la ruta ]

Seguir las huellas del Cid en su histórico destierro desde Burgos hasta Valencia a lomos de una bicicleta supone adentrarse en territorios plagados de historia y cultura, en caminos áridos, profundos valles o amplios cañones calizos. En definitiva, en el corazón de las tierras castellanas, turolenses y valencianas.

Son trece las etapas que nos permitieron completar la ruta y son dos los grandes alicientes con que cuenta la misma: por una parte la variedad de terrenos y paisajes por donde discurre y por otra la calidad artística y monumental de las poblaciones que visita.

La primera parte transcurre por los polvorientos caminos de la meseta castellana dejando atrás pueblos burgaleses como Silos o Covarrubias, autenticas joyas del románico europeo. Más adelante nos adentramos en tierras de Guadalajara y Teruel pasando entre cañones calizos por donde el Tajo abre profundas heridas en las ásperas llanuras cerealistas . Pueblos medievales amurallados y encaramados a promontorios defensivos como Atienza o Sigüenza en Guadalajara evocan un pasado histórico de disputas territoriales.

Las noches las pasamos en campings, en hostales de pueblecitos o al raso teniendo como techo la bóveda celeste. Por las mañanas ,para despertarnos, resuena el “Ey Boys” de los Chemical Brothers, un subidón que nos pone las pilas para afrontar el día con ánimo.

Las jornadas que atraviesan la sierra de Teruel son las de mayor desnivel de la ruta pero como ya llevamos unos cuantos días pedaleando el cuerpo se ha hecho sabio y sabe como regularse y dosificarse. Las piernas van solas adaptándose a la orografía del terreno y ya no tiras de riñones como los primeros días cuando estàs fresco. Por eso, lo más duro en cuanto al tema físico son los dos o tres primeros días hasta que tu organismo se acostumbra a la rutina de pedaleo diaria. El ser humano se amolda a casi cualquier cosa.

La llegada a Valencia supone un sentimiento doble: por una parte el alivio y la satisfacción del reto conseguido y por otra la cercanía del fin de esta experiencia. Como colofón, fiesta salvaje que acaba con un amanecer en la playa. Lo mejor de la ruta, sin duda, la oportunidad que me dio de conocer excelentes amigos con los que recorrería en los años venideros una buena cantidad de kilómetros a través de varios países. Pero esa es otra historia.

[ Galería fotográfica ]

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